Fracaso y frustración · Ni es lo mismo, ni es igual
Hace tiempo vi un video de El Chojin, un rapero al que admiro por su profundidad y por su autenticidad, a pesar de discrepar de él en algunas cosas. Sin embargo, siempre me resulta enriquecedor escucharlo, porque muchas de sus canciones me hacen pensar. Como decía, una vez vi un video que me hizo pensar, y que os dejo aquí abajo (no es imprescindible verlo para seguir leyendo más abajo):
Pues hoy lo he vuelto a ver, y me ha parecido un buen momento para escribir lo que pensé a raíz de escucharlo, y sigo pensando a día de hoy, sobre el fracaso y la frustración.
Fracaso y frustración no son lo mismo. El fracaso es el hecho de que las cosas no salgan como yo habría planeado. Ante un objetivo, una meta o un horizonte, yo puedo haberme hecho una composición de lugar de cómo debe ser el resultado. Y hay veces que nuestra visión del éxito se circunscribe a que las cosas sean como habríamos esperado. Tengo éxito si consigo mis objetivos, si me propongo hacer algo y lo hago, o si el devenir de lo que vivo se parece a lo que me gustaría vivir. Y si no, fracaso. Y el fracaso lo percibimos como algo negativo, porque niega nuestras proyecciones.
Sin embargo, como diría San Ignacio, el "mal espíritu" disfruta haciéndonos pensar que nuestros fracasos nos convierten en fracasados. Y de ahí nace la frustración, el sentimiento que te asegura que las cosas no van a mejorar, que eres carne de fracaso y de que, en el fondo, no vale la pena intentarlo. Muchas veces se habla de la última tentación de Cristo en la cruz, y no es para menos. De hecho, Cristo es un fracasado humanamente hablando, porque sus parámetros de éxito solo pasan por Dios. Todas sus pretensiones y acciones parecen abocadas a fracasar en la cruz para los ojos del espectador, pero la resurrección nos recuerda que la última palabra no es de la muerte, sino de la vida. Y esto, para mí, se convierte en esperanza: la esperanza de que la raíz del éxito no pasa por mis fracasos, de que el éxito está más allá de mis percepciones sobre el fracaso. Yo fracaso a menudo, muchas veces las cosas no salen como yo he pensado o calculado, pero mis fracasos no son el fracaso. Pienso que no todo está en mis manos, y que de mis fracasos Dios también se sirve, y que tengo muchos motivos para dar gracias por los muchos éxitos que he descubierto en mi vida, aunque sepa que no son mérito mío.
Por eso, si has fracasado, no pienses que eres un fracasado. Se te olvidan todas esas cosas buenas que contiene tu vida, que has construido y que hacen del mundo un lugar más humano. Me da igual si te tienes por mala persona o si crees que podrías hacerlo mejor. No importa cómo sea tu fracaso, porque sé que tus fracasos no tienen porqué definirte. Porque estoy seguro de que si fracasas es porque no te conformas, y porque quieres seguir avanzando. Y si, aún así, fracasas, sigue adelante, porque Dios es especialista en sacar vida de nuestros fracasos. De lo que sí que estoy seguro es de que no eres un fracasado, y de que si te centras en las cosas, a veces pequeñas, que conforman tu día a día, verás más motivos para la alegría que para el lamento, porque estoy seguro de que en el fondo sabes que sí vale la pena.

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