A Mons. Aguirre (o sobre cuando uno revienta)

Anoche tuvimos en el seminario a Mons. Juan José Aguirre, Obispo de la diócesis de Bangassou (República Centroafricana). Él traía la experiencia de su pueblo y aquello que está viviendo en su diócesis, donde la gente se siente "expoliada" como él mismo dijo tras la persecución sufrida y que ahora mismo están sufriendo. Y ante sus palabras, confluyeron en mí una serie de sentimientos que me gustaría compartir en esta entrada de blog. Ayer me pude sentir impresionado, animado y avergonzado.
    • Impresionado de la fe de ese pueblo de la República Centroafricana que es capaz de dar su vida día a día por Cristo y de cómo viven allí el Evangelio
    • Impresionado de que puedan vivir con tan poco viendo todo lo que necesitamos aquí para llevar nuestras vidas adelante.
    • Impresionado de la persecución que allí se vive por el mero hecho de ser creyente, tanto cristiano como musulmán, solamente por enfrentamientos alzados por aquellos que ostentan poder y que poco tienen que ver con la vida de fe.
    • Animado por el testimonio de tantos cristianos capaces de vivir su fe en condiciones extenuantes, que muestran cómo la caridad se hace vida en ellos, pese a tener tan poco. Y nosotros tantas veces vanagloriándonos de ser caritativos...
    • Animado a difundir todo esto que no aparece en las noticias y que habla de la vida de millones de personas y de la situacion en que viven mientras nosotros pensamos que en África solamente y principalmente mueren de Ébola.
    • Avergonzado al ver las noticias que aparecen en los telediarios y los periódicos y que solamente dividen a la sociedad, que centran su atención en aquello que vende y no en aquello que interesa; que nos generan una imagen de la realidad "deformada" para poder defender así la ideología del momento; que nos hacen pensar que el principal problema de España es la Independencia de Catalunya o un perro llamado Excalibur; que dan a cada uno lo que quiere en pequeñas dosis porque la realidad en su globalidad duele demasiado para ser vista.
    • Muy avergonzado de ver cómo nos hemos acostumbrado a que mueran africanos y palestinos por intereses políticos y nos escandalizamos hasta rasgarnos las vestiduras por tonterias varias de interés general que sirven de cortina de humo para hacernos pensar que luchamos por una causa justa.
    • Humillado de ver los problemas que tienen esas personas por vivir su fe y verme a mí tan acomodado, de ver los problemas de los que me quejo que no se parecen en nada, ni de lejos, a su menor problema; de no saber valorar lo que tengo y buscar siempre "más" y "mejor"; de ahogarme en un vaso de agua cuando otros se ahogan en el barro.
    Puede que yo necesitara que me enseñaran 4 fotos y que me contara su testimonio este obispo cordobés para tomar conciencia de todo esto; puede que incluso mañana lo haya olvidado afanado en los quehaceres varios que me suelen ocupar... pero ¿qué necesita el mundo para darse cuenta de todo esto? ¿qué necesita nuestra sociedad "solidaria" para empezar a preocuparse de lo que realmente importa, de la vida humana? Dudo que sean pases de fotos, pero me resisto a pensar que esto es irrevocable. Esto solamente es una invitacion a pensar, a discernir y a no dejarse engañar; a contrastar la realidad y a pensar un poco antes de abrir la boca. A pensar dos veces antes de criticar en si las cosas son como nos las han contado. A tomar conciencia de que las cosas mejoraran en la medida en que yo intente hacerlo o me ponga en camino para ello.
    Y si me quedo con una frase, a raíz de comentarnos cómo el Ébola es un problema "minoritario" en Africa comparado con la Malaria o el Sida pero que ahora se ha convertido en problema central de África porque han enfermado 4 o 5 españoles, es esta:
    "Si el hambre fuera contagiosa, hace tiempo que la habriamos erradicado".

    Gracias, Mons. Aguirre.

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