¿Por qué no soy feliz?
¡Qué pregunta tan trascendente y al mismo tiempo tan imbécil! Trascendente, porque no se puede responder con una línea (a menos que sea un "porqué no"); imbécil, porque preguntárselo solamente sirve para constatar y confirmar algo que se hace más presente en tanto en cuanto se tiene más presente. Sé que hace tiempo que no escribo en este blog, pero hoy he tenido esta pregunta muy presente. ¿Acaso porque yo no soy feliz? No, no es eso, porque a día de hoy me considero a mí mismo una persona feliz (se acabó el morbo). Sin embargo, me inquieta el hecho de que la gente a veces se hace esta pregunta, y esta pregunta quita la paz a mucha gente. Por eso, me animo a escribir estas líneas. ¿Que por qué? Pues porque muchas veces no hemos pensado lo suficiente qué es propiamente la felicidad. Hay una cierta tendencia a confundir la felicidad con la alegría, y viene a ser como el que confunde el entrecot con las patatas... ambos son comida, pero no son lo mismo (ni cuestan lo mis...